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domingo, 14 de julio de 2019

ANGEL MARCOS, EL GRAN CAPITAN (1)


Aquel gran equipo de CHACARITA JUNIORS CAMPEON METROPOLITANO DE PRIMERA DIVISION 1969, tuvo un excelente plantel, integrado por un grupo de muchachos que comulgaban con el juego de un fútbol exquisito, con toques, con lujos, hasta podríamos decír que eran unos "desfachatados" para el fútbol mecanizado que mostraban otros equipos.
Pero entre todos aquellos que lograron ese torneo, hubo uno que -además de haber sido el capitán del equipo- tenía una gran y contagiosa (para sus compañeros) habilidad que lo llevó a trascender bastante más que al resto.
Claro, estamos refiriéndonos a ANGEL ALBERTO MARCOS con quien ACTUALIDAD CHACARITENSE -a través de Oscar Domínguez- realizó una extensa nota, recorriendo la vida del "Gran Capitán", que publicaremos en cuatro capítulos, los días domingo, a partír de hoy.


ANGEL MARCOS, EL GRAN CAPITAN 
(Primera Parte)


- A CH: ¿Cuáles fueron sus orígenes, el niño, el barrio, la pelota de fútbol?
- A M: "Yo nací a 200 metros de la cancha de Vélez y ya de chiquito jugaba a la pelota con mis amigos del barrio a tal punto que cuando tenía 10 años recuerdo que todos iban a jugar a dicho club y porque en realidad éramos hinchas de Vélez, pero por un capricho personal yo decidí ir a probar suerte a Ferro, que encima era el clásico rival, y todos me decían que estaba loco, pero mi mamá me dijo que hiciera lo que me pareciera correcto y me apoyó en la decisión, a pesar claro que le hubiera gustado que jugara en las cercanías de casa. Asi fue que agarraba mi bolsito, tomaba el tren y hacía el trayecto Liniers-Caballito para ir a jugar. En ese momento había que esperar hasta los 13 años para poder fichar en la prenovena y así empezó mi vida ligada al fútbol que no fue para nada fácil".

- A CH: ¿Ahí empezaron los problemas de salud, verdad?
- A M: "Siempre tuve una úlcera muy complicada ya que tenía que tener cuidados especiales con un régimen de alimentación adecuado y con el correr del tiempo sobrevivieron hemorragias que me obligaban a tomar largos períodos de reposo. A todo esto la relación con Ferro se fué haciendo cada vez más difícil porque como ya había jugado los 20 partidos que marcaba el reglamento, estaban obligados legalmente a hacerme el primer vínculo contractual con la institución y como siempre yo tuve un carácter muy especial, hasta tuvimos discusiones subidas de tono con las máximas autoridades, creo que Leyden era el vicepresidente si mal no recuerdo".


- A CH: ¿El problema era el dinero a percibir?
- A M: "Yo jugaba por pasión, a la vez trabajaba en una empresa de importación y exportación de alimentos balanceados en Avenida de Mayo, es más ahí estuve hasta que me fui a Francia, el tema es que me querían arreglar con poquito y yo consideraba que no era ni justo ni lógico, sobretodo teniendo en cuenta que había jugado en el juvenil y querían que integre el equipo de los juegos Olímpicos. No era la cifra en sí, sino la manera que me proponían una contraoferta que no tenía sentido y en esa época uno no quedaba en libertad de acción como ahora sino que debía buscarme otro club si me iba". 

- A CH: Era un momento delicado y había que tomar una decisión al respecto.
- A M: "Ahí surgió el Presidente de Nueva Chicago al cual me unía una amistad por el tema laboral de la empresa, y me dijo que fuera a jugar a préstamo a su club. Y como a mi lo que me interesaba era jugar, no importaba el monto del dinero a cobrar ni la categoría ya que la institución estaba en segunda división, acepté la propuesta. Ferro accedió rápidamente porque no sólo se sacó una molestia de encima como lo catalogaban ellos sino que a la vez se hacían unas monedas".


- A CH: ¿Cómo continuó la cosa?
- A M: "Y estando en Chicago la situación fue de mal en peor. Sólo jugué 4 partidos, porque el tema de la úlcera se agravó en demasía, sobrevino una hemorragia que era imposible de parar, perdía mucha sangre y me tuvieron que operar de urgencia. Esto fue en el Hospital Durand y el médico me había dicho que si no me operaban no llegaba al día de mañana y que a su vez con la cirugía tenía un 20% de posibilidades de sobrevivir, o sea no me dejaba alternativa. Le puedo asegurar que yo era un cadáver. Estuve 8 días en estado de coma internado. Y ocurrió algo impensado que hasta el día de la fecha lo recuerdo y no deja de asombrarme. Enrique Nader y el Ingeniero Gómez máximas autoridades de Chacarita Juniors se hicieron presentes en el Hospital para decirme que cuando me recuperara yo iba a jugar en su club. Se preocuparon por la persona más que por el jugador y para mi ese gesto fue invalorable. El 7 de diciembre de 1966 me operaron, y el 7 de Abril de 1967 justo cuando cumplí 24 años jugué mi primer partido con Chacarita. Yo pasé junto a Petracca pero Marcos era el que iba medio como relleno. Lo que son las circunstancias de la vida. Petracca casi ni jugó y a mi la vida me dió una posibilidad única. Convengamos que 1967 tampoco fue un año fácil futbolísticamente hablando. Por supuesto que no. Luchamos el descenso y nos salvamos en la última fecha ganándole a Atlanta en Villa Crespo por 3 a 2 después de ir perdiendo 2 a 0 en el primer tiempo. Y al año siguiente el club contrata un orientador extraordinario, Argentino Geronazzo, con una ideología futbolística muy diferente a la que estaba de moda en ese entonces donde predominaba el estilo de Zubeldia en Estudiantes de La Plata, y empieza a practicar el culto de la tenencia de pelota y el juego asociado en función de equipo. Geronazzo me dijo que yo tenía que ser el patrón del equipo pero que todos teníamos que ser participes de dicha metodología . Muy pocos hablan de esa gran campaña de 1968, donde Chacarita no sólo se olvida de pelear el descenso sino que se encarama en los puestos de arriba de la tabla de posiciones. Ahí empieza a forjarse el equipo que un año más tarde alcanzaría el momento más glorioso en la vida institucional y deportiva de Chacarita Juniors".


Continuaremos con la Segunda Parte el domingo 21 de Julio.

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